– ¿Mamá, por qué está durmiendo ahí? –Dijo “miguelito”, mi primo de cuatro años, al verlo en el ataúd–
Mi tía, entre sollozos, no respondió… pues, pese a que sabía la respuesta, decir “porque está muerto” hubiese provocado en ella un sentimiento de culpa aún mayor.
La persona que estaba dentro del ataúd era mi abuelo Miguel, quien había muerto trágicamente de un paro cardíaco mientras discutía con mi tía sobre lo floja y aprovechadora que era a sus 30 años.
Esto provocó que se quedara sin nadie que cuidara a “miguelito” durante todo el día (puesto que mi abuela había fallecido 10 años antes) y, además, que se ganara el odio de sus hermanos por haber matado, aunque haya sido de forma indirecta, a su propio padre.
– Porque está muerto– dijo mi mamá en tono solemne.
– Pero… ¿va a resucitar pasado mañana, cierto?
Mi madre no aguantó más y abrazó al pequeño fuertemente. Mientras tanto mi hermano y yo, los nietos mayores, no éramos tan jóvenes como para no comprender que el abuelo estaba muerto y por más que quisiéramos no iba a resucitar.
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Otro de los cuentos escritos en el ramo "Expresión Oral y Escrita", el cual, hace unos días, me enteré que lo aprobé con 7.
Uta q es bkn estar de vacaciones... aaaah...
Saludos
Añoro, las vacacines de invierno, aprovecha mientras existan, luego la máquina laboral te agarra y con cueva tendrás vacaciones en verano dependiendo de la empresa. Un abrazo
ResponderBorrarque eres seco!
ResponderBorraryo ni soñando tendría un 7
en la U xD
Saludos niño!