Era una noche fría y ella salió del metro en dirección a su casa, iba sola y con temor; como cualquiera que transitara por esa calle a las doce de la noche.
De pronto un puñado de oscuridad detrás de ella tomó la forma de un hombre con un extraño brillo en sus ojos. Se movía veloz, respirando rápidamente para poder alcanzarla.
Ella sintió el jadeo detrás, su corazón latía desenfrenadamente, apuró el paso y luego comenzó a correr. De pronto algo la toma por la cintura.
"¿Quieres casarte conmigo?".
Ella suspiró y sonrió como nunca: Era su novio Javier.

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El otro día mandé este cuento a santiago en cien palabras... No quedé dentro de los 11 finalistas, pese a ello, me gustó enviar un cuento a un concurso, espero poder hacerlo más seguido.

Que geniales son las vacaciones!

Saludos